miércoles, 17 de marzo de 2010

Lady Gaga: The Monster Ball Tour

Los pasados 26 y 27 de febrero Lady Gaga estuvo en Londres una vez más, pero esta vez no vino a saludar a la Reina o a llevarse unos cuantos Brits: venía a hacer la segunda cosa que mejor sabe hacer -justo después de 'ir hecha una espantaja'-, ser el centro de atención en un gran show, posiblemente la gira más espectacular que haya ahora mismo en activo.


El O2 se casi-llenó los dos días (casi porque los precios que alcanzaron las entradas en reventa rozaban lo ridículo), pero no hubo grandes aglomeraciones para entrar, las colas fueron razonables y la mayor parte del público llegó después de que abrieran las puertas e incluso durante las actuaciones de los dos teloneros. Los primeros fueron Semi Precious Weapons, grupo neoyorquino con quien Gaga compartía escenario en clubs de mala muerte hace un par de años. Estuvieron bien y parecían sacados directamente de una peli ochentera de John Waters con su filthy glam, y se agradeció que su actuación no durase más de 25 minutos. Después aparecieron los daneses basados en Londres Alphabeat, que estuvieron bastante mejor, tanto que su media hora de concierto se hizo corta. Acabaron con su mayor hit en el Reino Unido, 'Fascination'.

Y más de media hora después de que acabase el opening act, a las 21.45 (y esto es bastante tarde para este tipo de conciertos en Inglaterra), apareció Lady Gaga. Bueno, apareció un vídeo en el que otra tipa le daba de hostias mientras ella se echaba bien de laca Nelly, y después oscuridad. Un gran foco iluminó el telón desde la parte de atrás, y la silueta de algo parecido a Gaga apareció en el centro. Así se cantó la mitad de 'Dance in the Dark', y cuando empezábamos a pensar que no era ella sino un display de cartón, la silueta comenzó a hacer una especie de "baile del robot" a cámara lenta. Al final de esta canción se levantó el telón y la vimos, disfrazada de Power Ranger (o de Kick-Ass, por hacerme un poco el moderno). También descubrimos todo un decorado que -de forma muy abstracta- representaba Nueva York, y con los bailarines empezó a escenificar una historia sobre lo perdidos que están y la prisa que tienen por llegar a The Monster Ball. Esta fina línea argumental encadena todas las canciones del concierto, siendo una mezcla entre Alicia en el País de las Maravillas y El Mago de Oz, con Gaga cada vez más perdida y encontrando lugares y criaturas extrañas. Es gracioso pero totalmente incoherente y sin resolución ninguna; peor que cuando dejaba de "interpretar" y hablaba directamente al público, indecisa entre si nos amaba o éramos unos motherfuckers, o las dos. Poco o nada clichetero.

Empezó con más temas de The Fame que de su último EP, como 'Just Dance', 'Boys Boys Boys' o 'Lovegame', para el que salió de un vagón de metro vestida de monja (?). Después, antes de cantar 'Telephone', hizo un pequeño teaser del vídeo que ya hemos visto todos, diciendo que "estaba tan triste en la cárcel hasta que mi gran amiga Beyoncé me pagó la fianza".

Siguió con el momentazo intenso de 'Speechless' al piano, pero antes rajó durante cinco minutos sobre la enfermedad de su padre que le inspiró la canción y sobre el significado de la mano-en-posición-de-garra que se ha convertido en el símbolo internacional de los fans de Lady Gaga. Justo después unos bailarines le pusieron un traje como de Virgen andaluza que se movía (ya lo ha sacado varias veces por televisión) y cantó 'So Happy I Could Die' mientras una plataforma se la llevaba a las alturas. Huelga de decir que cada cuatro canciones máximo desaparecía para cambiarse de modelo, mientras nos ponían vídeos como en el que una anónima le vomita encima.

El último tramo del concierto (que duró sus buenas dos horazas, de lo más amenas eso sí) se compuso de 'Monster' y 'Alejandro', esta última con una estética religiosa muy Madonna, y la Grand Finale. Fueron tres canciones, la grandísima 'Poker Face' (nada que destacar en el escenario, pero esta canción no necesita demasiadas florituras extra), 'Paparazzi' en la que lucha con una especie de Kraken de las profundidades marinas, y 'Bad Romance'. Al ser la última, fue una versión alargada (más ros, mas y ohs que nunca) y que comenzó con ella saliendo de las esferas metálicas giratorias -esto tiene que tener un nombre, pero ahora no me viene- que han sido el símbolo de la gira. La verdad es que en términos escénicos la última parte no estuvo a la altura del resto del concierto, pero para entonces ya nos daba igual ocho que ochenta y lo pasamos genial dándolo todo.
Muy buen concierto; mi único miedo es que, después de 22 canciones tan buenas, el tercer (o segundo, según como se mire) disco que saque Lady Gaga tiene unas probabilidades altísimas de ser una decepción. Pero el show fue de primera clase, y un paso de gigante desde que la vimos actuar -gratis- hace un año en el Ochoymedio. Entonces algunos ya se olían que en poco tiempo estaríamos pagando una buena panoja para verla en un gran recinto. No se equivocaban.
(Las fotos -geniales- son todas de la Nimri)

3 comentarios:

NIMRI dijo...

Gran cronica!
Gran critica!
Gran concierto!
La de momentazos a los que estamos asistiendo juntos...
Gaga es muy grande, y tengo fe en que algo hara para no decepcionar con su segundo-tercer disco!
Larga vida a Gaga!!

Anónimo dijo...

perra hija de puta sos vos.........LADY gaga es lo mejor ella es unica con sus vestidos y espectaculos.............ENCAMBIO VOS DEBERAS DE SER UNA ARRASTADA QUE NO TIENE LO QUE TIENE LADY GAGA............LADY GAGA ES LO MEJOR........Y A TI PERRA MALPARIDA GONORREA HIJA DE PUTA CHANDOSA

Juan dijo...

Superfán de este último comentario!

Ahora que el autor de semejante perla ya se podía haber identificado...