domingo, 16 de mayo de 2010

10 años de Tate Modern et al.

Ayer, por hacer algo aparente en la tarde del sábado, acabamos en una Tate Modern -infestada de público de lo más variopinto- que celebraba sus 10 años de existencia. Era el décimo cumpleaños del museo de arte contemporáneo más importante de Londres, pero podría haber sido el de cualquier museo de provincia española mantenido por las instituciones. Además de la cantidad de gente, la principal diferencia con un día cualquiera era un escenario (en el que, en la hora y algo que rondamos por allí, lo más que pasó fue que alguien pinchó con un iPod) y una exposición dantesca en la que, entendí yo porque allí no había ni un triste folleto, otros museos del mundo exponían piezas.

El momento cumbre de nuestro paseo por aquel percal fue cuando, homenajeando involuntariamente a Tú, yo y todos los demás, encontramos una caja de pizza con algunos bordes mordisqueados en el suelo. Entre aquel caos, ¿Habría dejado alguien allí su basura o sería aquello una obra de arte? Prefiero quedarme con la duda...

Ugly Betty ya acabó, y la verdad es que salvó bastante bien los muebles en los últimos capítulos. Si me quedé con ganas de algo fue de ver por última vez al personaje que interpretaba Rebecca Romijn, pero por lo demás, pese a caer en todos los clichés de final de serie posibles, los últimos capítulos no estuvieron nada mal. En la última temporada el personaje de Justin había ganado muchísima importancia (y es que los guionistas sabían de qué pie cojea su público), y tuvo el final que se merecía. Vimos a Betty y Daniel por última vez en Londres, encontrándose "por casualidad" en Trafalgar Square, y por última vez la serie marcó distancias con el original colombiano y las innumerables adaptaciones que la precedieron. Fueron unos últimos 5 minutos bastante tiernos. ¡Farewell, Miss Suárez!

Lost acaba exactamente en una semana, y a estas alturas ya dudo de que el último episodio sea al menos digno. El antepenúltimo (sin tener en cuenta que el final será doble), Across the Sea, fue sonrojante. Su entrada en terrenos místico-alegóricos fue ridícula, su flashback a la primera temporada irrelevante y cogido por los pelos, sus efectos especiales de sketch de Cruz y Raya.

La Roux estuvieron bien en concierto, y Phoenix sobresalientes. Los franceses, que en países como EEUU o México llenan grandes recintos, se tuvieron que conformar con el sold out en Roundhouse (una sala impresionante estéticamente pero mediana), ya que el público inglés se les sigue resistiendo. Una ironía, teniendo en cuenta que los referentes musicales de Phoenix -dicho por ellos- son en un 80% británicos. Puede ser que este concierto haya roto la maldición. Un setlist casi perfecto de una hora y media, un público entregadísimo para lo que se lleva en estas latitudes e incluso un poco de surfeo de masas por parte de Thomas Mars al final, mientras seguía entonando 1901. Y nosotros en las gradas; no vuelvo a cometer ese error.

En lo cinematográfico, quedan pendientes de crítica Hot Tub Time Machine (que bastante bien), Furia de Titanes (mucho mejor de lo esperado), Io Sono L'Amore, I Love You Phillip Morris... el día menos pensado cojo y empiezo a escribir aquí con regularidad.