miércoles, 22 de abril de 2009

A propósito de Hurley

Esta tarde he asistido a un gran momento para los fans de 'Lost' en España; curiosamente, lo que más grande lo ha hecho no ha sido la (agradabilísima) presencia de Jorge García, uno de los pocos actores con crédito en todos los capítulos de la serie, ni el pase en pantalla grande del piloto de la misma, aunque sea bueno echar la vista atrás para ver en qué se traicionan y en qué no a estas alturas, tan cerca del final. Lo mejor ha sido el acto social en sí, el hecho de que tanta gente que ve la serie semana tras semana sola o en pequeños grupos hayamos tomado la sala grande del cine Ideal para regodearnos en nuestro fanatismo, para celebrar nuestro friquerío.
Cuando llegué al cine me sorprendió la cantidad de gente a las puertas, muchos con disfraces de lo más currado: uno del humo negro, otro de la estatuilla de la Virgen (con sus bolsitas de heroína y todo), otro de la Dharmaneta Volkswagen. Otra sorpresa positiva fue lo currado del evento/acción de márketing, que no se redujo al interior de la sala; todos los carteles de cine de dentro y fuera del Ideal habían sido sustituidos por pósters de la serie y los personajes. Todos los fans estábamos igual de extasiados de que alguien se hubiese gastado tanta pasta en una de nuestras pasiones favoritas, que además nos sale siempre gratis. Después de una recibida por todo lo alto (aún en la calle) a Hurley, uno de los personajes más entrañables de la serie, y cuando por fin todo el mundo ocupó su butaca (ya no cabía un alfiler), oscuridad y la cortinilla del logo de Cuatro imitando la cabecera de la serie, que arrancó el primer aplauso. Después, el 'Unplugged' de ayer y algunas promos, entre ellas mi favorita, el starter's kit que sigue:

Luces encendidas de nuevo, y aplauso para recibir a Jorge, escoltado por Tania Llasera y Ana Morgade de 'Estas no son las noticias'. El coloquio, mucho más distendido que la entrevista de ayer con Pablo Motos (que no analizaremos ahora), entre otras cosas porque hoy es la gente la que pregunta, y a los presentes lo que nos interesa es la serie. Algunos de los hits de el encuentro, en el que casi todas las preguntas fueron respondidas en trabajoso castellano:
-A la primera pregunta, sobre el final de la serie: "No sé nada... bueno, a lo mejor sé un poquito."
-Sobre a qué otro personaje le gustaría interpretar: "A Ben. No se si es bueno o malo todavía, pero creo que va a ser más malo que bueno."
-Un recién licenciado (otro) que pide trabajo en la última temporada de la serie, aunque sea para poner cafés: "¿Le puedes dar mi currículum a Jack Bender?"
-"Me preocupa más saber qué es el pie gigante que qué es el humo negro."
-"Lo guiones de las season finale nos llegan a los actores sin algunas páginas. Por ejemplo, no sabíamos que al final de la segunda iban a aparecer aquellos dos tipos hablando portugués en el polo."
-"No creo que se vayan a resolver todas las incógnitas, pero las más grandes quedarán bien cerradas."
Tras muchas preguntas, muchas risas y sobre todo una sensación de colectividad que pocas veces se siente, Jorge se va con un gran aplauso y nos quedamos a oscuras con el piloto -recibido con aplausos y vitoreos-, aquel que costó diez millones de dólares (de los de 2004), y con el que no nos imaginábamos todavía por qué derroteros nos iban a llevar, ni lo enganchados que íbamos a estar tantas temporadas después. Lo comentamos, comemos palomitas y salimos más contentos que unas castañuelas, sensación a la que ayudan los pósters y las chapas, que lo regalado siempre gusta.
Después hemos hablado; hemos charlado largo y tendido sobre 'Lost', que hace tiempo dejó de ser un mero producto audiovisual para convertirse en un fenómeno social. Un fenómeno social y la serie de la década (de la cual además refleja muy bien el espítitu), con permiso de las familias Fisher y Soprano.

miércoles, 8 de abril de 2009

Miss Sixty

El otro día, después de tu fiesta de cumpleaños, le contabas a Nena que creías que me gusta tanto esta foto porque me parezco mucho, físicamente, a ti en ella. Puede ser, la verdad es que no era la primera vez que me lo decían, lo del parecido.
Pero me gusta por otras cosas, algunas que se ven en la imagen, otras que no se ven pero están ahí, fuera de campo (el fuera de campo lo es todo en esta foto), unas pocas que descubrí preparando la fiesta con tus amigos y muchas que ya sabía -o intuía- desde hacía tiempo.
Me encanta, y me admira, que los amigos que conociste cuando tenías la edad que yo tengo ahora (o menos) te hayan hecho semejante fiesta por tu sesenta cumpleaños. No sólo eso, sino que os veáis habitualmente y tengáis ese buen rollo del que me contagié un par de días en la casa de Tiedra. ¿Quién no aspira a tener unos amigos tan divertidos y que encima le duren tantos años? Volviendo al fuera de campo, sé que casi todos están cerca de ti en esa foto, incluida Nena que la hizo, como hizo también esa otra en Cuenca que me gusta tanto, con margarita y manta hippie incluidas. Por lo que me has contado, en esta estás tan atenta porque estaban cantando o tocando algún instrumento: conociéndoles, no tengo ningún problema para imaginármelo.
Aún no habías conocido a papá por aquella época, pero a estas alturas agradezco que mis padres hayan tenido una vida (con todo lo que eso conlleva, aunque no quiero detalles escabrosos) antes de convertirse en mis padres y los de mi hermana. Olvida todo lo que decía en el colegio de que yo quería una madre de treinta recién cumplidos como las de algunos de mis compañeros: poco a poco conocí a bastantes y muchas eran un coñazo, algunas porque venían así de serie, pero otras porque no habían podido ser nunca otra cosa.
Y hay más cosas, muchas que te he dicho y no procede escribir aquí, y muchas que no te diré nunca, en general porque ya las sabes, algunas veces antes que yo. Y, sobre lo que decía al principio, puede que sí, que sólo sea un acto de vanidad y la foto me guste porque nos parecemos, te veo guapa y me sube la moral, pero espero que me lo perdones por el hecho de que, entre padres e hijos, a veces se da esta cosa tan rara que es la vanidad compartida.